On June 19th, the U.S. Department of State issued its 2013 Trafficking in Persons Report. The report ranks nations on specific benchmarks in combatting human trafficking and slavery. U.S. Department of State estimated that up to 27 million individuals were victimized by human trafficking or slavery in 2012, of which only 46,500 of these victims were formally identified. In positive news the number of convictions for human trafficking has jumped by 20%, though the overall number of identified convictions is a fraction compared to the scale of the problem, standing at 4,746.

The report highlights the double-edged sword that technology can play in the fight against human trafficking. Human traffickers derive great benefits from the Internet and mobile communications, enabling them to lure and manipulate victims and advertise their services to potential clients. However, the transparency of electronic and mobile payments can help to prevent bonded labor, while creating electronic trails that can help in the conviction of human traffickers. Social media can assist both in educating potential victims and in helping those who have been victimized in receiving care and assistance. One topical question worth considering, however, is whether the move towards e-currencies, whether bitcoin or another, will reduce this benefit? A Thompson Reuters White Paper on the use of technology for money laundering discusses just that.

The fight against human trafficking is concomitant with the fight against other forms of transnational organized crime. As such, as drug trafficking routes shift as noted in the World Drug Report review, new populations will become vulnerable to human trafficking also. The continuing victimization inherent in many forms of human trafficking provides a relatively durable income stream for transnational criminal groups, for example, along the Mexico-U.S. border drug trafficking organizations have actively engaged in human smuggling and trafficking. Laws against human trafficking, where they exist, tend to be far less harsh than those for drug trafficking. Active monitoring is required. Addressing the demand for and legal sanction against human trafficking will assist in eliminating this economic pillar of transnational criminal activity.

                                                        

¿Amenaza u oportunidad? El tráfico de personas en la era de Internet

El 19 de junio, el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió su Informe 2013 sobre Tráfico de Personas. Este informe clasifica a los países de acuerdo a estándares específicos en la lucha contra el tráfico de personas y la esclavitud. El Departamento de Estado de este país estimó que hasta 27 millones de personas fueron víctimas en 2012 del tráfico o la esclavitud, de las cuales sólo 43.500 fueron formalmente identificadas. Como contrapartida, el número de condenas por trata de personas ha subido un 20%, aunque la cantidad total de condenas identificadas es sólo una pequeña fracción -sólo 4.746- comparada con la magnitud del problema.

El informe subraya la espada de doble filo en la que la tecnología puede convertirse en la lucha contra la trata de personas. Los criminales obtienen grandes beneficios de las comunicaciones móviles y digitales, las cuales les permiten atraer y manipular víctimas y publicitar sus servicios a clientes potenciales. No obstante, la transparencia de los medios de pagos electrónicos y móviles puede ayudar a prevenir el trabajo esclavo, a la vez que crea huellas electrónicas que pueden servir como prueba para condenar a los traficantes. Las redes sociales también pueden servir de ayuda, educando a las posibles víctimas y ayudando a aquellos que han sido victimizados recibiendo asistencia y cuidado. Una pregunta que vale considerar es si la migración hacia monedas virtuales, como Bitcoin u otras, puede llegar a reducir este beneficio. Un informe de Thomson Reuters sobre el uso de tecnología para el lavado de dinero debate justamente sobre este tema.

La lucha contra la trata de personas es concomitante con la lucha contra otras formas de delincuencia transnacional organizada. Como tal, y debido a que las rutas del narcotráfico cambian, como se observa en el Informe Mundial de Drogas, nuevas poblaciones serán vulnerables a la trata de personas. Los continuos abusos, inherentes a muchas formas de la trata de personas, generan un ingreso relativamente duradero para los grupos criminales transnacionales; por ejemplo, las organizaciones narcotraficantes ubicadas en la frontera entre México y los Estados Unidos han sido partícipes activamente en el tráfico de personas. Las leyes contra esta forma de criminalidad –en los lugares en donde existen- tienden a ser mucho menos severas que las creadas para el tráfico de drogas. Se precisa de una supervisión activa. Abordar la demanda y las sanciones legales contra la trata de personas colaborará en la eliminación de este pilar económico para la actividad criminal transnacional.