Somos Comunidad es una actividad innovadora que busca potenciar la resiliencia comunitaria y contribuir a la seguridad humana en los territorios en los que se implementa. Esta actividad, que inició su implementación en octubre del 2020 y se prolongará hasta el 2025, tiene dos componentes: i. mejorar la cohesión social, con el propósito de fortalecer las capacidades de las organizaciones de la sociedad civil para relacionarse de manera efectiva con otros actores del sistema de seguridad local, y ii. fortalecer los sistemas de seguridad para que respondan a las necesidades de los ciudadanos, promoviendo la colaboración entre la Policía, las comunidades y las autoridades locales para prevenir y responder ante el crimen y la violencia.

El objetivo de este documento es presentar los hallazgos y las recomendaciones derivadas de la implementación de la estrategia de fortalecimiento de las instancias formales de participación y de coordinación en materia de convivencia y seguridad ciudadana, entendidas como espacios de encuentro establecidos formalmente entre la sociedad civil y la institucionalidad en los que se discuten y se promueven políticas públicas. Esta estrategia fue desarrollada por Somos Comunidad en los municipios priorizados para la intervención. Para ello, el documento se pregunta cuál es el nivel de incidencia de dichas instancias en los sistemas locales de seguridad y cuál es su potencial. Así, este estudio de caso presenta hallazgos que permiten comprender la relevancia del papel de las instancias formales en los asuntos de seguridad y convivencia y la necesidad de fortalecer esta participación para poder influir en la formulación y la mejora del ciclo de políticas de convivencia y seguridad ciudadana en los territorios.

La primera sección presenta la metodología cualitativa aplicada para responder a las preguntas guía. La segunda contextualiza los principales aspectos sobre los cuales se ha promovido la participación ciudadana en la gestión de la seguridad ciudadana a nivel internacional y, especialmente, en Colombia, estableciendo un marco de referencia para el análisis. La tercera describe el caso de Somos Comunidad y presenta cómo se ha promovido y fortalecido la participación ciudadana formal en relación con la gestión de la seguridad ciudadana a nivel territorial, haciendo hincapié en el proceso de fortalecimiento de las instancias formales en materia de convivencia y seguridad ciudadana.

Posteriormente, se exponen los principales resultados y conclusiones del análisis y se resalta que las instancias de participación cuentan con un enorme potencial para promover procesos de incidencia local en el ciclo de políticas de convivencia y seguridad ciudadana, así como para fomentar la articulación con otras instancias, con la institucionalidad y con miembros de la comunidad. Sin embargo, también se enfrentan a limitaciones técnicas y de reconocimiento, más allá de lo establecido normativamente, para generar una incidencia efectiva. Por su parte, las instancias de coordinación priorizadas, de naturaleza institucional, son claves para identificar y prevenir los riesgos y las afectaciones a los derechos humanos en poblaciones vulnerables; no obstante, su baja operatividad limita su funcionamiento efectivo.

A partir de los hallazgos y las conclusiones de la estrategia de fortalecimiento promovida por Somos Comunidad, el informe propone siete recomendaciones para seguir promoviendo y fortaleciendo la participación y el papel de las instancias formales en el ciclo de políticas de convivencia y seguridad ciudadana.