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“The rhino horn trade is one of the most successful examples of illicit entrepreneurship in the world.”

This striking statement was made by Professor Louise Shelley of TRACCC at George Mason University, as part of a seminar on emerging environmental security issues hosted by the Environmental Security Observatory, a joint initiative of the Global Initiative with the University of Cape Town.

Professor Louise Shelley, the director of the Terrorism, Transnational Crime and Corruption Centre (TraCCC), presented a paper on convergence of the illicit trade in rhino horn with other illicit markets. Central to her argument is that the illegal trade in rhino horn presents one of the most successful examples of illicit entrepreneurship in the world.

According to Shelley, the trade has grown so rapidly because it has built on existing cross-national networks that trade in other illicit and licit commodities on a global scale. The rhino trade is not a stand-alone business. Rhino horn trade converges with many other criminal activities—such as drug, arms, cigarette and human trafficking, allowing it to scale so rapidly. It is also used to pay for many of the consumer goods produced in Asia sought by African consumers.

Shelley claimed that her research shows there are three types of networks currently operating with rhino horn. There are Mozambican narcotics syndicates whose links run wild up the African coastline, the Chinese triads, and then the likes of Laos illicit traders that link into Thailand, Vietnam and Cambodia. From here the connections run ever deeper, across borders and country lines to syndicates operating the world over, from Pakistan, to Germany, to Ireland and to the Czech Republic, and to communities that primarily deal with other illicit trades, be it the illegal cigarette trade, the black market kidney trade or the enormous rise in heroin production.

She observes that in 2008 when global economies plummeted into recession, Asian markets saw a growth in the sales of luxury brands, such as Gucci and Prada, and it is no coincidence that this coincides with the dramatic increase in rhino poaching from this year onwards. This too at a time where Thai prostitutes were posed as big game hunters in pseudo hunts – a clear convergence of the illegal wildlife trade and human trafficking.

While the convergence theory is not new or original, the take away from the seminar was the need for responses to converge too. This should involve all those affected by these transnational crime syndicates, be it private business owners in the cigarette trade, law enforcement agencies that deal with weapons or drugs, governance across the board or foreign affairs agencies. This is also something that should be considered right down to the debates around legalisation and what Shelley calls the ‘displacement effect’ – suppress the issue in one place and it will crop up somewhere else. And again it’s about a broader picture that looks at regional impacts, a global financial community, an integration into a world of business, local economies and a level of corruption that runs deep in an inflexible world where the lines of legality are blurred. Because the reality is that while the illicit trade maintains a high level of flexibility, it is this inflexibility of governments and business that is leading to a situation of wildlife in crises.


 

¿Qué tienen en común los riñones, los cigarrillos y los cuernos de rinoceronte?

“El comercio de cuernos de rinoceronte es uno de los mejores ejemplos de emprendimiento ilícito a nivel mundial”

Esta sorprendente afirmación fue realizada por la Profesora Louise Shelley de TraCCC en la Universidad George Mason como parte de un seminario sobre asuntos emergentes en materia de seguridad ambiental presentado por Environmental Security Observatory (observatorio de seguridad ambiental), una iniciativa conjunta entre La Iniciativa Global y la Universidad de Ciudad del Cabo.

Shelley, directora del Centro contra el Terrorismo, la Criminalidad Transnacional y la Corrupción (TraCCC), presentó un documento sobre la convergencia del contrabando de cuernos de rinoceronte con otros mercados ilícitos, y resaltó que el comercio de cuernos de rinocerontes representa uno de los mejores ejemplos de emprendimiento ilícito a nivel mundial.

De acuerdo con Shelley, la razón por la que este comercio ha crecido a la velocidad con la que lo ha hecho se debe a que se ha construido sobre la base de redes transnacionales que comercializan otras materias primas lícitas e ilícitas a escala global. El contrabando de cuernos de rinoceronte no es un negocio aislado de otros sino que converge con muchas otras actividades delictivas, como el tráfico de drogas, de armas, de cigarrillos y la trata de personas, lo que ha permitido su rápida expansión. También se lo utiliza para pagar muchos de los bienes de consumo producidos en Asia y demandados por consumidores africanos.

Shelley señala que su investigación da cuenta de la existencia de tres tipos de redes que operan en la actualidad en el contrabando de cuernos de rinocerontes. Hay carteles narcotraficantes de Mozambique cuyos lazos se extienden por la costa africanas; están las triadas chinas, y también contrabandistas de Laos conectados con Tailandia, Vietnam y Camboya. Desde aquí, las conexiones se profundizan y se extienden a través de las fronteras hacia grupos que operan en todo el mundo, desde Pakistán hasta Alemania, Irlanda y la República Checa, y también a comunidades que manejan otras actividades ilícitas, como el contrabando de cigarrillos, el tráfico de riñones, o la creciente producción de heroína.

En el año 2008, cuando las economías entraron en recesión, el mercado asiático experimentó un alza en la venta de productos de lujo, como Gucci y Prada, y no es coincidencia que este hecho haya ocurrido mientras también se observaba un incremento importante en la caza furtiva de rinocerontes. En ese mismo momento, en Tailandia, hacían posar a prostitutas como grandes cazadoras – una clara convergencia entre el comercio ilícito de especies silvestres y la trata de personas.

Si bien la teoría de la convergencia no es ni nueva ni original, la conclusión del seminario fue que existe una necesidad de buscar respuestas que también converjan y que involucren a todos los afectados por la delincuencia organizada, ya sean propietarios de empresas tabacaleras privadas, agencias de seguridad que operan sobre el trafico de drogas y armas, gobiernos, o agencias de asuntos externos. Esto es algo que también debería ser considerado en los debates en torno a la legalización y a lo que Shelley denomina “efecto de desplazamiento” – eliminar el problema en un lugar para que aparezca en otro. Se trata de un panorama amplio que pone la mirada sobre los impactos regionales, una comunidad financiera global, una integración en un mundo de negocios, las economías locales y un nivel de corrupción muy profundo en un mundo inflexible en donde las lineas de legalidad están desdibujadas. La realidad es que mientras el comercio ilícito se mantenga tan flexible, es la inflexibilidad de los gobiernos y las empresas la que está generando una situación de crisis en la vida silvestre.