Posted on 26 Sep 2014
Abajo la versión en español
Organized crime used to be regarded as being apart from mainstream issues of security, governance, and development in the same way that “Crime” is displayed in a separate section from “Fiction” in many bookstores.
But in the past quarter-century – since the end of the Cold War – organized crime has moved from the margins to the mainstream. As the dark side of globalization, the problem has grown in size, sophistication, and impact. Organized crime has also become a strategic threat to states, and the international system as a whole as demonstrated by recent crises in Afghanistan, Guinea-Bissau, Kosovo, and Mali. The rationale for the creation of the Global Initiative is underpinned by this understanding, with the recognition that while this trans-national problem requires a multi-lateral solution, the institutional frameworks that currently exist are challenged to respond.
In a new report authored by Global Initiative Director, Mark Shaw and a member of our Network, Walter Kemp of the International Peace Institute (IPI) entitled From the Margins to the Mainstream: Toward an Integrated Multilateral Response to Organized Crime, the authors address exactly this issue. The report highlights that there is a dearth of information about organized crime, a disjointed international response, insufficient operational resources and responses, limited cooperation, as well as weak international governance guiding the response.
Among the report’s recommendations are a call for more effective use of threat assessments, more attention to the political economy of illicit activity in peace operations, a stronger focus on prevention, mainstreaming the issue of criminal justice into the Sustainable Development Goals, developing indicators to measure progress in implementing crime prevention, and providing guidance to mediators on how to deal with spoilers who benefit from criminal activity. The report also calls for more effective regional cooperation (including intelligence sharing), referring serious cases of organized crime to the International Criminal Court, and creating a UN office for justice.
The report is the third in a trilogy of publications by the two authors, which is part of IPI’s Peace without Crime project, funded by Norway and Switzerland.
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Desde los márgenes hacia el centro de la atención: exigiendo estrategias más integradas para abordar la delincuencia organizada
La delincuencia organizada solía tratarse como un tema aparte en los asuntos principales sobre seguridad, gobierno y desarrollo, del mismo modo que en las bibliotecas o librerías los libros sobre “policiales” se encuentran en una sección diferente de los de “ficción”.
Sin embargo, en el último cuarto de siglo –desde el final de la Guerra Fría –la delincuencia organizada se ha trasladado desde los márgenes hacia el centro de la atención. Siendo el lado oscuro de la globalización, el problema ha crecido en tamaño, sofisticación e impacto. La delincuencia organizada también se ha convertido en una amenaza estratégica para los estados y el sistema internacional en general, tal como ha sido demostrado en las crisis recientes en Afganistán, Guinea-Bissau, Kosovo y Mali. La razón por la que Global Initiative surgió está sostenida sobre este entendimiento, reconociendo que este problema transnacional precisa de soluciones multilaterales y los marcos institucionales que existen actualmente enfrentan el reto de brindar soluciones.
En un nuevo informe realizado por el Director de Global Initiative, Mark Shaw, y uno de los miembros de nuestra red, Walter Kemp del International Peace Institute (IPI), titulado “From the Margins to the Mainstream: Toward an Integrated Multilateral Response to Organized Crime”, los autores abordan exactamente este asunto. El informe sostiene que existe una escasez de información sobre la delincuencia organizada y una dirección internacional débil guiando las respuestas.
Entre las recomendaciones presentes en el informe se encuentran: un pedido de un uso más efectivo de las evaluaciones de las amenazas; más atención a la economía política de las actividades ilícitas en operaciones de mantenimiento de la paz; un foco más fuerte sobre la prevención; la integración del asunto de la justicia penal a los Objetivos de Desarrollo Sostenible; el desarrollo de indicadores para medir el progreso en la implementación de prevención de delitos; y una guía a los mediadores que ofrezca pautas sobre cómo lidiar con individuos que se benefician de la actividad criminal. El informe también llama a una cooperación regional efectiva (incluyendo el reparto de información sobre inteligencia), enviando casos serios de delincuencia organizada a la Corte Penal Internacional, y creando una oficina de las Naciones Unidas para la justicia.
El informe es la tercera parte de una trilogía de publicaciones realizadas por los mismos autores como parte del proyecto “Peace without Crime” (paz sin delincuencia) del IPI, fundado por Noruega y Suiza.
Spotting the Spoilers: A Guide to Analyzing Organized Crime in Fragile States,
The Elephant in the Room: How Can Peace Operations Deal with Organized Crime?
From the Margins to the Mainstream: Toward an Integrated Multi-lateral Response to Organized Crime