Abajo la versión en español

Amphetamines are quickly becoming the favored drugs of the modern age. Cheap, easy to manufacture, and heavily addictive, meth has percolated throughout the world and is likely to only become more prevalent in the year to come.  Meth is taking hold in new markets, particularly with expanding incomes in East Asia and the Middle East where previously recreational drug use was limited.  In response to growing demand, new manufacturing points are developed in West Africa and the Pacific, and this is likely to destabilize established illicit economies in these regions. The challenge posed by the drug for law enforcement organizations, as well as on society, healthcare systems and human security promises to be daunting.

Amphetamines are a class of drugs, comprising everything from Benzedrine to Captagon to Ritalin. They are an old, having first been developed in 1887, and have been available on the illicit market for decades. However, the market for amphetamines has exploded over the last decade, indicated by the rate of seizures: methamphetamine seizures alone have risen 77% between 2011 and 2012.

Their popularity has risen dramatically in China especially; in 2008 9% of drug users identified meth as their drug of choice, by 2012 it was 38%. While most of the amphetamines consumed in China were previously produced outside of the country, this has begun to shift. In recent years, increasing numbers of amphetamine labs have been seized throughout the country; in late 2013, a raid on a small village in the south of the country netted 7,000 lbs of methamphetamine and 100 tons of precursor chemicals. Reportedly, local government officials were deeply involved. There are far fewer reports on the nature of the networks that distribute domestically produced amphetamines within China, including their scope and any international presence. But the evolution of China’s amphetamine market, and how it is supplied will be a key set of issues in 2014, particularly for the states along China’s borders.

A similar story has played out in the Middle East, where use of Captagon has boomed over the last decade. While consumption of the drug takes place in Saudi Arabia and the United Arab Emirates, production is thought to occur in Turkey, Lebanon, and increasingly Syria. There are some indications that Captagon production is increasing in areas of rebel held Syria. While unsurprising, incipient drug production in Syria could help finance insurgent groups – and thereby lengthen the civil war – as well as create a group of entrenched criminal interests who have little to gain from peace.  Amphetamine production in northern Syria, as well as possibly in government controlled areas, is thus a second key area to watch in 2014.

The next hotspot for amphetamine addiction is likely to be Africa. In South Africa, the amphetamine Mandrax has long been a popular drug. However, use of amphetamines was minimal to non-existent throughout the rest of the continent, likely due both to a dearth of supply and an absence of demand. This has started to change however. Africa is increasingly a key entrepot for global drug traffickers, situated centrally between lucrative narcotics markets in North America, Europe, and East Asia. While most drugs are simply transported through the continent, by 2013 a few drug trafficking organizations began to set up amphetamine labs in Nigeria. Like much of the cocaine shipped through the region, quantities of amphetamine filter down to Nigeria’s domestic market. A single dose in one Lagos drug den reportedly costs a mere $1.20. A third key issue to watch in 2014 will be whether Nigeria’s small amphetamine user base metastasizes into an amphetamine epidemic.

Amphetamines are unlikely to decline in popularity. However, the points at which the drugs are produced and the areas in which they are widely consumed are likely to grow. Understanding these dynamics, and developing collaborative programs amongst key governmental and non-governmental stakeholders to counter them will be a key challenge in the coming year.

_____________________________

Enardecidos por la anfetamina

La anfetamina se está convirtiendo rápidamente en la droga preferida de la era moderna. Económica, de fácil fabricación y alto nivel de adicción, la “anfeta” se ha propagado en todo el mundo y muy probablemente su uso se extienda durante los próximos años. La anfetamina está enraizándose en nuevos mercados, particularmente en el este de Asia y el Medio Oriente en donde ha habido un aumento del poder adquisitivo y en donde, hasta hace muy poco tiempo, el uso recreacional de drogas era limitado. En respuesta a esta demanda creciente, están apareciendo nuevos puntos de fabricación en el oeste de África y el Pacífico, lo cual es probable que desestabilice las economías ilícitas ya establecidas en estas regiones. El desafío que esta droga representa para los cuerpos de seguridad, la sociedad, el sistema de salud y la seguridad humana promete ser abrumador.

La anfetamina es un tipo de droga que abarca desde Benzedrina hasta Captagón y Ritalin. Fue sintetizada por primera vez en 1887, y ha estado disponible en el mercado ilícito durante décadas. No obstante, el mercado estalló en la última década, según se desprende de la tasa de secuestros de esta sustancia, la cual se incrementó en un 77% entre los años 2011 y 2012.

Su popularidad ha aumentado de manera drástica, especialmente en China: en 2008, el 9% de los consumidores de drogas identificaron la anfeta como su principal elección; hacia 2012, este porcentaje se elevaba a 38%. Si bien gran parte de la anfetamina consumida en China era previamente fabricada fuera del país, se empieza a observar un cambio en este sentido. En los últimos años, el número de laboratorios allanados a lo largo del país se ha elevado significativamente. Hacia finales de 2013,  una redada en un pequeño pueblo en el sur del país resultó en el secuestro de más de 3000 kilogramos de metanfetamina y 100 toneladas de precursores químicos utilizados para su síntesis. Según se informa, varios funcionarios del gobierno local estaban involucrados. Existe poca información respecto de las redes que distribuyen la anfetamina producida localmente en China, su alcance y presencia internacional. Pero el crecimiento del mercado de esta sustancia en China y sus fuentes de provisión van a ser temas clave para analizar en 2014, particularmente en países fronterizos.

Una historia similar ocurre en el Medio Oriente, en donde el consumo de Captagón ha estallado en los últimos diez años. Aunque el consumo de esta droga tiene lugar en sitios como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, la producción, se presume, se lleva a cabo en Turquía, el Líbano y Siria. Si bien no es sorprendente, la incipiente producción de droga en Siria puede estar aportando a la financiación de grupos insurgentes –extendiendo así la guerra civil – y creando un grupo criminal de intereses afianzados que encuentra muy pocos beneficios en la paz. La producción de anfetaminas en el norte de Siria, como también posiblemente en áreas controladas por el gobierno, es entonces un segundo aspecto importante para seguir de cerca en 2014.

El próximo sitio que puede observar un alza en la adicción a la anfetamina sea probablemente África. En Sudáfrica, por muchos años el Mandrax ha sido una droga muy popular. El consumo de anfeta era mínimo o nulo en el resto del continente debido, probablemente, a la escasez de provisión y a la ausencia de demanda. Sin embargo, aquí también se observa un cambio. África se está convirtiendo en un centro de distribución importante para los narcotraficantes a nivel global, ya que se sitúa en el centro de mercados lucrativos -Norteamérica, Europa y Asia Oriental. Si bien la mayor parte de la droga es simplemente transportada a lo largo del continente, en 2013 algunas organizaciones narcotraficantes comenzaron a instalar laboratorios de anfetamina en Nigeria. Al igual que gran parte de la cocaína transportada dentro de la región, las cantidades de anfetamina se filtran en el mercado local nigeriano. Una única dosis en una de las guaridas en Lagos tiene un valor mínimo de $1,20. Un tercer aspecto para observar de cerca en 2014 es si la pequeña cantidad actual de consumidores de anfetamina en Nigeria termina extendiéndose hasta convertirse en una epidemia.

Es poco probable que el nivel de popularidad de la anfetamina disminuya. Sin embargo, muy probablemente aumente la cantidad de sitios en donde la droga es elaborada y en donde más ampliamente es consumida. Entender esta dinámica y desarrollar programas entre el gobierno e instituciones no gubernamentales para contrarrestarla va a representar un importante desafío para el próximo año.