There is a growing understanding of how organized crime threatens sustainable development. This recognition has found its way into key policy documents on the Post-2015 Development Agenda, such as the report of the Open Working Group on Sustainable Development Goals. The Secretary-General in his Synthesis Report also highlights organized crime as one of the primary factors affecting conflict and stability, obstructing economic development and legitimate commerce, and holding people, communities and countries captive in a negative spiral of fragility and underdevelopment. Addressing the impact of organized crime in key development sectors such as health, conservation of oceans, wildlife preservation, sustainable management of natural resources and in governance has become an urgent priority.

Organised crime’s importance has been recognised in the creation of Target 16.4 “By 2030 significantly reduce illicit financial and arms flows, strengthen recovery and return of stolen assets, and combat all forms of organised crime.”

In this study, however, the Global Initiative against Transnational Organized Crime systematically demonstrates across the 17 proposed Sustainable Development Goals how organized crime is likely to hamper their achievement. What the findings of this study demonstrate is that the impact of organised crime on development is extensive and diverse. Organised crime cannot be viewed as a separate development challenge to be addressed in isolation. Rather, an effective response calls for the recognition that organised crime is an intrinsic element to a large number development challenge, and must be interwoven throughout broader development response frameworks. The failure to account for and
address fundamental aspects of organised crime will directly impede and perhaps threaten existing gains in social and economic development.

The renewal of the Sustainable Development Goals (SDG), as a universal development agenda, is a key opportunity to sensitise development actors to organised crime and ensure that it is built into the development lexicon, so that development actors are able to identify organised crime when it affects the achievement of their mandates.

This report is an effort to support development actors by not only providing a clear evidence basis for the need to address organized crime as a cross-cutting issue, but also proposing a framework for implementation and the measurability of capturing organized crime’s impact on development through measurable indicators.

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La delincuencia organizada como amenaza transversal al desarrollo

El acuerdo respecto de que la delincuencia organizada representa una amenaza para el desarrollo sustentable es cada vez mayor. Este reconocimiento se ha trasladado a documentos clave sobre políticas en la Agenda para el Desarrollo post 2015, como el informe del Grupo de Trabajo Abierto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En su informe de síntesis, el Secretario General resalta también a la delincuencia organizada como uno de los principales factores generadores de conflicto e inestabilidad que obstruye el desarrollo económico y el comercio legítimo, y que mantiene cautivos a individuos, comunidades y países en un espiral de fragilidad y subdesarrollo. El abordaje del impacto de la delincuencia organizada en sectores clave para el desarrollo, como la salud, la conservación de océanos, la preservación de la flora y fauna silvestres, la gestión sostenible de recursos naturales y la administración pública, se ha convertido en un asunto de alta prioridad.

La importancia de la delincuencia organizada ha sido reconocida en el objetivo 16.4 que apunta a reducir significativamente los flujos ilícitos de dinero y armas, a fortalecer la recuperación de activos robados, y a combatir todas las formas de crimen organizado hacia 2030.

En este estudio, The Global Initiative against Transnational Organized Crime demuestra sistemáticamente cómo la delincuencia organizada puede representar un obstáculo para el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los resultados de este estudio demuestran que el impacto de la delincuencia organizada sobre el desarrollo es extenso y diverso. La delincuencia organizada no puede ser tratada de manera aislada, separada de los demás desafíos relacionados al desarrollo. Por el contario, una respuesta efectiva exige el reconocimiento de que la delincuencia organizada es un elemento intrínseco de un gran número de desafíos para el desarrollo, y debe ser tratada en marcos de respuestas más amplios. La falta de explicaciones y del abordaje de aspectos fundamentales de la delincuencia organizada impedirá directamente, o amenazará, los logros existentes en materia social y de desarrollo económico.

La renovación de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) como agenda universal sobre el desarrollo es una oportunidad clave para concientizar sobre la delincuencia organizada a los actores encargados del desarrollo y para asegurar que esté integrada al léxico del desarrollo, a fines de que estos actores puedan identificar al crimen organizado cuando afecte el cumplimiento de sus mandatos.

Este informe intenta dar respaldo a los actores responsables del desarrollo no sólo ofreciendo una prueba clara de la necesidad de hacerle frente a la delincuencia organizada como asunto transversal, sino también proponiendo un marco de implementación y la medición de su impacto mediante indicadores mensurables.